La audiencia fue presidida por la jueza Marta Yáñez, acompañada por dos de sus secretarios, asistiendo además el fiscal federal Lucas Colla y solo una abogada querellante que representa a varias familias de los tripulantes desaparecidos, Sonia Kreischer.
Como era previsible, luego de dar su testimonio durante algo menos de dos horas, el oficial naval se retiró del juzgado sin formular declaraciones a la presa.
No obstante, fuentes confiables revelaron a El Patagónico que habría manifestado que pidió su retiro de la fuerza por discrepancias con otros altos mandos en torno a los informes que se les iban suministrando a los familiares de los submarinistas.
González fue uno de los jefes que se reunió con los mismos en varias ocasiones y el 22 de noviembre solicitó su retiro de la fuerza, poco antes de que la feroz interna motivara que el entonces titular de la Armada, almirante Marcelo Srur, separara de sus cargos al capitán de navío Claudio Villamide, quien era el comandante de la flota de submarinos, y al contralmirante Luis López Mazzeo, responsable de Comando de Adiestramiento y Alistamiento con asiento en Puerto Belgrano.
Tras ello, el propio Srur fue destituido por el ministro de Defensa, Oscar Aguad, y en estos momentos afronta una demanda legal que le interpuso López Mazzeo a quien acusó de ocultarle información sobre operaciones específicas del ARA San Juan.